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Secuestro, violación, chantaje: La lucha de una adolescente pakistaní por la justicia

LAHORE/NUEVA DELHI (9 de septiembre de 2020) – En Pakistán, una niña de catorce años y su familia fueron obligados a permanecer ocultos después de que escapara de su secuestrador, que se casó con ella por la fuerza. Ella escapó y declaró los abusos y el chantaje ante el tribunal. Su abogado ha presentado una petición para que se cancelen los certificados de conversión y matrimonio mientras se tramita la apelación en el Tribunal Superior de Lahore, en la sede de Rawalpindi.

Tehmina Arora, directora del departamento de defensa jurídica en Asia de ADF International, señala lo siguiente:

“Nadie debe ser perseguido por su fe. Si bien el deterioro de la situación de los cristianos y otras minorías religiosas en Pakistán está bien documentado, las autoridades locales han tomado pocas medidas para proteger sus derechos. En este país, las jóvenes cristianas son secuestradas y obligadas a convertirse por medio de matrimonios forzados simplemente por su fe. El caso de Maira es un ejemplo escandaloso de estas prácticas.

El anterior fallo del Tribunal Superior de Lahore que ordenó a Maria volver con sus secuestradores, puso en peligro a todas las niñas cristianas del país. El gobierno de Pakistán y los tribunales deben proteger los derechos de las niñas menores que son forzadas a estos matrimonios.

Esperamos que la comunidad internacional abra los ojos a lo que está sucediendo en Pakistán y ayude a proteger a los cristianos y otras minorías que pertenecen a algunos de los grupos más vulnerables del país”.

Grave persecución religiosa en el Pakistán

“El caso de Maira no es un incidente aislado entre las minorías religiosas de Pakistán. Cada mes se denuncian nuevos secuestros similares, especialmente de niñas cristianas que se casan y se convierten por la fuerza de esta manera. Cuando escapan de sus secuestradores, las autoridades suelen ser lentas o incluso reacias a conceder protección a estas menores”, dijo Sumera Shafique, abogado de Maira.

Pakistán es reconocido como uno de los lugares más peligrosos para ser cristiano. Según el Informe Anual 2020 de la Comisión de Libertad Religiosa Internacional de los Estados Unidos, actualmente hay casi 80 personas encarceladas por blasfemia, de las cuales al menos la mitad se enfrentan a una sentencia de cadena perpetua o incluso a la muerte. Las minorías están expuestas a la violencia por parte de la gente y los responsables gozan de impunidad por parte de las autoridades.

Según las organizaciones locales de derechos humanos, se estima que unas 1.000 mujeres y niñas se convierten al Islam cada año mediante el matrimonio forzoso. Esto se logra generalmente a través de secuestros, violencia sexual y chantaje. Las autoridades locales suelen ser cómplices en esos casos. Lamentablemente, los tribunales a menudo no han respetado la Ley de Restricción del Matrimonio de Niños que establece que la edad legal para el matrimonio de las niñas es de 16 años.

“La comunidad internacional debe tomar medidas para impedir esas violaciones extremas de los derechos fundamentales en Pakistán. El caso de Maira es un ejemplo demasiado frecuente de lo que las minorías religiosas afrontan en el país y no puede seguir pasando desapercibido. Todas las personas tienen derecho a elegir libremente y a vivir su fe sin temor a ser secuestradas, atacadas o violadas”, dijo Paul Coleman, director ejecutivo de ADF international.

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