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Que la vida humana sea protegida

Garantizar la vida en cada etapa, desde la concepción hasta la muerte natural

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¿Por qué el derecho a la vida es inherente a cada uno de nosotros?

Todos tenemos el derecho inalienable a la vida, desde la concepción hasta la muerte natural. Sin embargo, la sociedad intenta decirnos que la vida humana es desechable. Lo vemos en el aborto, la eutanasia y numerosas cuestiones bioéticas que surgen a partir de los avances tecnológicos.
La verdad sobre el valor de la vida humana – y por qué la sociedad debería preservarla y protegerla – surge del hecho de Dios que es el creador y el autor de la vida. Las Escrituras revelan que Él nos formó en el seno de nuestras madres y nos conoció incluso antes de nacer.
Por amor nos creó y envió a su Hijo a rescatarnos y redimirnos. Nuestra redención a través de los sufrimientos de Cristo ofrece una vívida imagen del valor de la vida humana.
Dado que la vida fue creada por Dios, le pertenece a Él. Por lo que el asesinato de seres humanos creados a su imagen no solo ofende a nuestro creador, sino que también es injusto.
Vemos en Proverbios 6,17 que Dios odia “las manos que derraman sangre inocente” y el libro del Deuteronomio implora al pueblo de Dios “escoger la vida para que usted y su descendencia vivan, amando al Señor su Dios, obedeciendo su voz y aferrándose a Él, porque Él es su vida y la longitud de sus días.» No es nuestro deber tomar la vida de los inocentes, ya sea al principio, al final, o en algún punto intermedio. Las Escrituras enseñan que la Gracia existe en medio del sufrimiento y que la vida humana merece la máxima protección.
Por lo tanto, se entiende que el Estado, como siervo de Dios, tiene la tarea preeminente de preservar y proteger la vida humana.

¿Cuál es el marco legal para el derecho a la vida?

El derecho internacional protege sólidamente el derecho a la vida. Bajo el derecho internacional, no existe un ‘derecho a abortar.’ Por el contrario, los principales instrumentos del derecho internacional, bajo los cuales los Estados están sujetos, incluyen sólidas protecciones para el derecho a la vida y numerosas referencias al no nacido. El aborto, que toma la vida de un inocente en el momento más vulnerable de su vida, nunca puede ser un derecho humano. Además, no existe un ‘derecho a morir.’ Nada en el derecho internacional apoya la legalización de la eutanasia, el suicidio asistido y otras prácticas inductoras a la muerte. Más bien, de acuerdo con lo establecido en el derecho internacional de los derechos humanos, tenemos la obligación de proteger cada preciosa etapa de la vida humana – especialmente del más vulnerable – de la amenazante cultura de la muerte. El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos en su artículo 6 establece que “el derecho a la vida es inherente a la persona humana. Este derecho estará protegido por la ley. Nadie podrá ser privado de la vida arbitrariamente.” La Convención sobre los Derechos del Niño en su artículo 6 establece que “todo niño tiene el derecho intrínseco a la vida” y reconoce en su preámbulo que el niño “necesita una protección jurídica y no jurídica antes y después del nacimiento.” La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad en su artículo 10 reafirma que “el derecho inherente a la vida de todos los seres humanos y adoptarán todas las medidas necesarias para garantizar el goce efectivo de ese derecho por las personas con discapacidad en igualdad de condiciones con las demás.” La Convención Americana sobre Derechos Humanos en su artículo 4 establece que “toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará protegido por la ley y, en general, a partir del momento de la concepción.” El artículo 2 de la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea reconoce que “todos tienen derecho a la vida.” El Tribunal Europeo de Derechos Humanos en repetidas ocasiones ha dictaminado que el Convenio Europeo de Derechos Humanos no contiene un ‘derecho a morir’ pues aquel estaría «diametralmente opuesto» al derecho a la vida.

Libertad de conciencia dentro de la profesión médica

Muchos médicos cristianos evitan formarse y trabajar en ciertos campos de la medicina, como obstetricia y ginecología, por miedo a la presión y a los conflictos morales actuales que surgen en la profesión. Allí es donde ADF International entra en acción. Nadie debería ser forzado a elegir entre su conciencia y su profesión. Las creencias personales y la conciencia influyen en todas las áreas de la vida de una persona, y no se dejan simplemente de lado al entrar en un ambiente profesional. En cuanto a la bioética, las nuevas tecnologías están generando serias implicancias en el derecho de los derechos humanos, como aquellas que surgen cuando la maternidad se divide en dos o más partes. Las mujeres deben ser protegidas de la explotación como ‘hornos gestacionales.’ La gestación subrogada, usualmente acompañada de serios riesgos para la salud de las mujeres, tiene consecuencias alarmantes tanto en ellas como en los niños en todo el mundo. Esta experiencia es particularmente grave para mujeres en países en vía de desarrollo, donde cada vez más están siendo sometidas a la explotación de ser contratadas por sus vientres. De igual manera, los niños gestados mediante gestación subrogada enfrentan graves violaciones de sus derechos, incluyendo su venta al nacer y la violación de su derecho a conocer su identidad. Nobody should be forced to choose between their conscience and their profession. Personal beliefs and conscience influence all areas of a person’s life and are not simply left behind when one enters a professional setting.  Regarding bioethics, new technologies are generating serious human rights implications, such as those that follow when motherhood is split across two or more parties. Women must be protected from exploitation as ‘gestational ovens’. Surrogacy, often accompanied by factors that pose serious risks to women’s health, bears alarming consequences for both women and children across the world.  This experience is particularly acute for women in developing countries, increasingly subjected to the exploitation of being hired for their wombs.   Equally, children carried via surrogacy face severe violations of their rights – including through their sale upon birth and violation of their right to know their identity. 

"Porque Tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabo porque soy una creación admirable y maravillosa"

Nuestro objetivo es que, en todo el mundo, el derecho a la vida sea garantizado y que las prácticas que violan este derecho, como el aborto, la eutanasia y el suicidio asistido por médicos, no solo sean ilegales, sino impensables.

En ADF International estamos comprometidos con la defensa de la libertad más importante, el derecho a la vida, que se viola cada día en muchas partes del mundo.

ADF International protege el derecho a la vida a través de nuestros esfuerzos de defensa legal para:

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