- El Tribunal Europeo de Derechos Humanos se pronuncia sobre la libertad de conciencia de los empresarios
- ADF International intercede en la lucha por la libertad de conciencia
ESTRASBURGO/BELFAST (29 de octubre de 2020) – Cuando el Tribunal Europeo de Derechos Humanos se pronuncie próximamente en el caso Lee contra el Reino Unido, estará en juego la libertad de conciencia de 820 millones de europeos. En 2014, Daniel y Amy McArthur, que dirigen la empresa Ashers Baking Company en Irlanda del Norte, se enfrentaron a una batalla legal simplemente porque se negaron a hacer un pastel con las palabras «Support Gay Marriage». Aunque la pareja estaba perfectamente dispuesta a atender al cliente y a tomar sus pedidos, se negó a aceptar este pedido en particular porque entraba en conflicto con sus creencias religiosas más profundas. Con el apoyo de la Comisión de Igualdad de Irlanda del Norte, financiada con el dinero de los contribuyentes, Gareth Lee -el cliente de la tarta- presentó una demanda contra la pastelería, acusando a la familia de discriminación. Esta última, a su vez, encontró el apoyo de la organización benéfica británica The Christian Institute. En octubre de 2018, el máximo tribunal del Reino Unido dictaminó que no había ningún caso de discriminación ilegal. Pero en 2019, el señor Lee llevó el caso al Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo.
«Nadie debe ser obligado a actuar en contra de sus profundas convicciones. Asimismo, nadie debería verse obligado a elegir entre su conciencia y su profesión. El derecho a la libertad de religión y de conciencia incluye también el derecho a actuar en consecuencia, y esto también en el ámbito profesional. Es precisamente este derecho de los emprendedores el que el Tribunal Supremo del Reino Unido confirmó y protegió con su decisión en 2018», dijo Lorcán Price, asesor legal de ADF International en Estrasburgo.
La libertad de conciencia en Europa no debe existir sólo sobre el papel
El Convenio Europeo de Derechos Humanos, cuyo cumplimiento supervisa el Tribunal de Justicia de la Unión Europea en Estrasburgo, garantiza en su artículo 9 el derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión. El máximo tribunal de Estrasburgo ha advertido en varias ocasiones que esto se degrada a un mero derecho nulo si no se ejerce también el derecho a vivir dichas creencias y ponerlas en práctica. El caso de la panadería Ashers nos hace ver los problemas que sufren a diario los ciudadanos europeos cuando se abusa de las leyes antidiscriminatorias para impedir la práctica de la religión en el ámbito privado y profesional.
«En su sentencia, el Tribunal Superior de Justicia del Reino Unido subrayó que Ashers Baking Company se había limitado a negarse a respaldar una determinada declaración. También se hizo hincapié en que la empresa no había rechazado el servicio a un cliente en particular. De hecho, incluso podría establecerse que la panadería había servido anteriormente al Sr. Lee sin ningún problema. Si los empresarios creativos se vieran obligados a hacer declaraciones con las que están en profundo desacuerdo, esto tendría consecuencias de gran alcance para la sociedad en su conjunto», dijo Robert Clarke, subdirector ejecutivo de ADF International.