- La mitad de los estudiantes británicos temen que sus compañeros los juzguen si expresan sus opiniones
- El 44% expresa su preocupación por expresar sus opiniones frente a los profesores
Se supone que las universidades son bastiones de la libertad de expresión. Sin embargo, según una encuesta nacional publicada recientemente por ADF International en el Reino Unido, casi el 40% de los estudiantes admiten temer la posibilidad de que la expresión de sus opiniones públicamente pueda afectar negativamente a sus futuras oportunidades profesionales. Más de un tercio declaró que los actos se cancelan cada vez más en los campus debido a las objeciones de otros clubes y sociedades estudiantiles en función del tema que se trate y de los oradores que participen.
“La libertad de expresión es la base de toda sociedad libre y democrática. De todos los lugares, la universidad es donde los estudiantes deben ser libres de debatir y explorar nuevas ideas, especialmente aquellas con las que no están de acuerdo. Las políticas y prácticas institucionales pueden hacer pensar que algunos pensamientos estén fuera de lugar. La censura actual en los campus puede convertirse fácilmente en una ‘cultura de la cancelación’ en la plaza pública”, dijo Ryan Christopher, director de ADF International (Reino Unido).
Prohibir las creencias: Estudiantes suspendidos por sus opiniones
La encuesta nacional está relacionada con una serie de recientes demandas judiciales contra las universidades del Reino Unido. Por ejemplo, Julia Rynkiewicz, estudiante de obstetricia, luchó contra su suspensión y contra una auditoría para conocer si era “apta para ejercer” en la Universidad de Nottingham por su participación en un grupo de estudiantes provida.
ADF International (Reino Unido) envió una carta al No. 10 de Downing Street para pedir una respuesta urgente sobre este tema. En la carta se pide que el gobierno tome medidas para poner fin al acoso y reforzar las garantías legales para la libertad académica. Se anima a los partidarios de la libertad de expresión a que se unan firmando.
“Demasiado a menudo hemos sido testigos de un sindicato de estudiantes que ‘toma partido’ en un asunto social o moral e intenta censurar unas opiniones concretas. Las universidades deberían comprometerse a adoptar una diversidad de puntos de vista y se necesita desesperadamente una mejor orientación y formación. Como sociedad no deberíamos aceptar que los estudiantes se enfrenten a la exclusión social o incluso a medidas disciplinarias porque otros estudiantes o el personal no estén de acuerdo con sus puntos de vista. Tal cultura va en contra del propósito mismo de la vida en los campus y de la misión de una universidad”, continuó Christopher.