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«Un momento crítico para el futuro de la fe en Irlanda»: El desafío judicial debe continuar mientras Irlanda anuncia el levantamiento parcial de la prohibición al culto

  • El gobierno irlandés ha anunciado el levantamiento parcial de la prohibición general al culto que ha estado vigente durante la mayor parte del año pasado
  • Declan Ganley, empresario, continúa con su demanda para que el Gobierno rinda cuentas y no se repita la prohibición general en el futuro

DUBLÍN (30 de abril de 2021) – Irlanda dejará de ser el único lugar de Europa que tiene completamente prohibido el culto público, así lo anunció el Gobierno el 29 de abril al ordenar el levantamiento parcial de la desproporcionada prohibición a partir del 10 de mayo. Durante la pandemia, las iglesias se han visto obligadas a cerrar a pesar de que los supermercados, las ferreterías y las tiendas de bicicletas han podido permanecer abiertas con medidas de seguridad. El tratamiento desproporcionado de las iglesias en comparación con los comercios ha desencadenado un recurso legal contra la prohibición del gobierno.

Ante el desafío y en medio de la presión pública, el gobierno anunció que el servicio religioso puede reanudarse a partir del 10 de mayo con mascarillas, distancia de seguridad y con un límite de 50 fieles.

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Declan Ganley, que presentó una demanda tras comprobar el impacto en todas las comunidades religiosas, está redoblando sus esfuerzos para garantizar que la prohibición general al culto no se vuelva a imponer y para que el Gobierno rinda cuentas.

«Acojo con satisfacción las medidas que el Gobierno está tomando para reabrir las iglesias. Sin embargo, esto no revierte el hecho de que durante la mayor parte del año pasado las iglesias han sido objeto de un trato injusto en comparación con los comercios», dijo Declan Ganley en respuesta a las declaraciones oficiales.

«No hay una explicación clara de por qué el pueblo irlandés debería haberse visto privado de una fuente esencial de consuelo y esperanza en un momento de dolor nacional como éste. No hay una lógica clara de por qué una iglesia aireada y abierta, con mucho espacio, debería ser considerada de alguna manera más peligrosa que una tienda de bicicletas. ¿Son los creyentes realmente más contagiosos que otros?», continuó.

«Sabemos gracias al caso del canónigo Tom White en Escocia que la decisión de prohibir completamente el culto público es una decisión ilegal que suspende innecesariamente los derechos humanos fundamentales. Aunque estoy muy agradecido de que las puertas de las iglesias vuelvan a abrirse en Irlanda, este caso sigue siendo importante. Ahora más que nunca, necesitamos una decisión clara del tribunal sobre si esta prohibición draconiana estaba justificada en primer lugar. También es un momento crítico para el futuro de la fe en Irlanda. Los tribunales tienen ahora la oportunidad de garantizar que la sociedad no se vea nunca más privada del acceso a un lugar para reunirse con Dios y atender a los que sufren en un momento de necesidad.»

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